EXHIBICIÓN EN ESCOCIA, Y A POR OTRA PRESA

Fue el Sevilla a la isla (de la Gran Bretaña que no la de San Fernando), a la caza de los tres puntos en liza. Y no empezó mal, dominando, observando y acechando hasta acorralar a la presa. El Sevilla tiene la paciencia de los buenos cazadores, sabe esperar el momento del ataque. Y el momento llegó, soltó el zarpazo y falló. Esto despertó al Rangers, que se empezó a ver acorralado en su madriguera y en su propio territorio. Entonces decidió salir a combatir antes que morir atrincherado, lanzó varios ataques, pero también falló. Una tregua y vuelta a la batalla.
El Sevilla prepara una emboscada, este año domina esa estrategia como ninguno, no cae en ninguna y a cazado mucho así. El Rangers cae, y esta vez sí, el zarpazo da de lleno. La herida está abierta y el Sevilla huele la sangre. Y cuando el Sevilla huele la sangre, se transforma en depredador carnicero. Sin tiempo para que el Rangers se recupere de su herida ya tiene una furia desatada encima y eso es mucho más de lo que puede soportar un Rangers herido. La cacería acaba en carnicería y la pieza va para Sevilla.
El domingo se abre de nuevo la veda. La presa es de un calibre considerable, de las denominadas piezas “Reales”. Pero estamos en nuestro territorio, lo cual iguala las fuerzas. La batalla puede ser legendaria, de las que pueden oscurecer a las mismísimas “Termópilas”. Pero de todo eso ya hablará alguien más adelante. (Adelante… de que me suena eso a mí. Algo de Cartagena, Vallecas… no sé ahora no caigo.)

Alberto Carvajal